
05 May EDUCAR MEDIANTE DISCIPLINA POSITIVA
Si echamos la vista atrás y comparamos la disciplina con la que fueron educados los abuelos y los padres de nuestros alumnos y la que están recibiendo ellos en el Siglo XXI observamos, afortunadamente, grandes diferencias.
Pero, ¿qué diferencias existen entre la disciplina tradicional y la disciplina positiva? Para resumir podemos decir que la tradicional está basada en premios y castigos donde el maestro es la figura de autoridad que se impone al alumno; y la positiva se basa en el respeto mutuo, donde el maestro acompaña y guía al niño en su proceso de aprendizaje promoviendo en él actitudes positivas que le ayudan a desarrollar habilidades para la vida.
Es cierto, que la aplicación de estas medidas punitivas consiguen obtener resultados a corto plazo (que nos obedezcan, que estudien, etc.) pero lo hacen a través del miedo y la humillación de los niños, desarrollando sentimientos negativos en ellos, rencor, vergüenza, creencia de no ser capaz, etc.
Sin embargo, la disciplina positiva se centra en enseñar a los niños a hacer lo que ellos deciden después de reflexionar sobre la situación y utilizar algunos criterios básicos, tales como el respeto y la utilidad para encontrar soluciones. Son participantes activos en el proceso, no receptores pasivos. (Jane Nelsen, 2007).
En el Colegio Las Colinas estamos convencidos de que educar mediante la Disciplina Positiva es muy beneficioso para ellos ya que esta les permite desarrollar habilidades para gestionar sus emociones, mantener relaciones basadas en el respeto mutuo y les ayuda resolver conflictos de forma respetuosa. Con todo ello, estamos enseñando a nuestros alumnos a ser, en el futuro, unos adultos críticos y creativos, capaces de pensar por sí mismos, defender sus ideas y solucionar los conflictos de forma constructiva y pacífica.
¿Cómo hace la disciplina positiva para lograr desarrollar estas habilidades?
- Conecta con los alumnos: Debemos conocer a nuestros alumnos, entender sus emociones y sentimientos y ayudarles a gestionarlas. No podemos negar sus emociones con frases como “no llores”, “no es nada”, “no es importante” porque para ellos lo es; mejor escuchar lo que el niño siente y darle importancia.
- Respeta sus necesidades ya que cada niño tiene un ritmo y unas necesidades diferentes, tanto físicas como psicológicas; cada uno aprende a su propio ritmo y no debemos imponer el mismo para todos los alumnos.
- Establece límites y normas con amabilidad y firmeza; hablando con respeto y siendo amables pero firmes al mismo tiempo para no caer en la permisividad.
- Siguiendo con la premisa de la amabilidad y respeto, se suprimen los gritos, castigos y amenazas ya que lo que queremos conseguir es desarrollar ese sentimiento de pertenencia al grupo y la motivación intrínseca en sus actuaciones; que los alumnos hagan las cosas porque realmente es mejor para ellos y para el grupo y no para evitar un castigo.
- Preguntamos y escuchamos al alumno el por qué de su forma de actuar, qué le ha llevado a actuar de tal manera, sin juzgar previamente su comportamiento.
- Buscamos soluciones conjuntas a los conflictos que puedan surgir en el aula y se llega a acuerdos consensuados de manera que los alumnos participan activamente proponiendo soluciones; de este modo se sienten parte importante del grupo al tenerse en cuenta su contribución en la toma de decisiones.
- Como decía María Montessori (1915) “cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo), la disciplina positiva facilita la autonomía de los alumnos. Dejamos que asuman responsabilidades, que tengan libertad para elegir y equivocarse para así aprender de los errores, fortaleciendo de esta manera su autoestima y desarrollando habilidades y competencias para la vida.
- El maestro es siempre un modelo a imitar; nuestro comportamiento y forma de actuar debe ir en línea con lo que pedimos a nuestros alumnos. No podemos pedir a gritos a un niño que no grite a sus compañeros, por ejemplo.
En futuras entradas a nuestro Blog profundizaremos en diferentes aspectos de la Disciplina Positiva con consejos de cómo llevarlos a cabo. Hablaremos de alternativas al castigo para la resolución de conflictos, estableciendo consecuencias lógicas y naturales; cómo establecer límites desde el respeto mediante el equilibrio entre amabilidad y respeto; o cómo mejorar su autoestima ayudándoles a sentirse parte importante del grupo.
MÓNICA BALAGUER PÉREZ. DIRECTORA DE INFANTIL Y PRIMARIA
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